Qué hacer en San José Iturbide en 24 horas
Imagínate que un sábado despiertas a las 8:00 am, cómodamente en un agradable hotel de San José Iturbide, te levantas y piensas dónde comer, puedes elegir directamente el desayuno que te brinda el hotel o puedes dirigirte al mercado a comprarte una rica torta de carnitas, o pasear por la calle principal y degustar la variedad de guisos en las tradicionales gorditas y sopes que deliciosamente puedes encontrar.
Si lo que buscas es desayunar en algún rincón provinciano del municipio puedes trasladarte a la comunidad de Ojo de Agua del Refugio donde encontrarás carnitas de res o qué tal a Villa del Capulín y probar las deliciosas carnitas de puerco que allí por la mañana aún se cuecen en los cazos de cobre que están por toda la comunidad con un agradable olor.
Ya para el medio día, puedes volver al centro de la ciudad y pasearte por el jardín principal, tomar una rica nieve y sentarte un momento en las bancas que te permitirán detener el tiempo e imaginar, reflexionar. Luego de ello puedes caminar por las calles del centro histórico, conocer sus portales, pasear por las plazas como la del Caracol y conocer de cerca sus leyendas y su historia, caminar por la plaza de las Atarjeas y conocer del significado cultural de ésta para las tradiciones en la población.
También puedes recorrer el Templo Parroquial de estilo neoclásico consagrado al Señor San José, puedes ver sus columnas de capiteles que te harán imaginar que te encuentras en alguna construcción romana, al adentrarse puedes darte cuenta del tiempo mirando el reloj, las torres de los campanario y porque no, la extraordinaria cúpula que rasga los cielos azules de la región y que puede verse desde lejos, pero además al adentrarte al templo, colocado en el coro, puedes observar el órgano tubular que fue adquirido en una sinagoga judía de Nueva York por el padre Campa.
Ya más al fondo podrás ver el altar en cantera rosada, el arte de la parroquia del Señor San José, puedes recorrer sus pasillos, sus jardineras, espacios que parece el tiempo de ha quedado estático. Ya estando dentro del templo, debes entrar a la capilla del Señor del Santo Entierro, imagen milagrosa y muy querida por los pobladores, llena de leyenda y misterio, anécdotas que se cuentan de ella, milagros que se le atribuyen.
Después de salir del templo, puedes recorrer la calle principal, que está compuesta por las calles Hidalgo de la parroquia hacia el sur y Allende de la parroquia al norte, pero que en tiempos pasados fue conocida como La calle real, por ser parte de los caminos mineros denominados “Camino real tierra adentro” que sirvió para el recorrido de diligencias o carretas llenas de oro y plata con dirección a la ciudad de México y de allí surgió una de las leyendas más populares y que es la del “Juego de Barras”. En ésta calle también encontrarás el templo de la Santa Casa de Loreto, en el que se dice que en la época de los cristeros fue ocupado como cuartel y de allí de derivan anécdotas y leyendas que se platican de generación en generación.
Pasear por las calles de San José Iturbide es caminar en la magia de un pueblo relativamente nuevo, con aire provinciano pero con todas las comodidades de una ciudad, con historia, con leyendas que te harán despertar la imaginación, por ejemplo al pasear por la Plaza del Caracol podrás darte cuenta que es parte importante para la historia del municipio y que dicho pozo fue acondicionado por el Padre Nicolás Campa, gran benefactor de la ciudad a finales del Siglo XIX, o como la leyenda de los enamorados que allí también se gesta y que pronto nos hace soñar despiertos al ver los candados que penden del barandal, pero más romántico es detenerse sobre esos barandales e imaginar a los aguadores sacando el agua en esa escalinata que precisamente en forma de caracol le ha dado el nombre a dicha plaza en pleno centro de la ciudad.
Más tarde puede sacar el espíritu aventurero y viajar unos kilómetros hacia el norte del municipio y adentrarse a la sierra, visitar El Peral, pasear por los senderos rodeados de pinos, pasar una tarde agradable en compañía de la familia, acampar y pasar una estupenda noche, después de recorrer las veredas que muestran distintas formas rocosas y figuras caprichosas que la naturaleza ha esculpido para beneplácito del ojo humano.